Hoy me ha despertado un aroma familiar. Chocolate. Y es domingo.
Mientras se terminaba de preparar mis hijas han empezado a gritar que querían churros.
¿Sabéis con qué me comía el chocolate de pequeño?¿ Sabéis qué churros me hacía mi abuela?
Y cogiendo una barra de pan a modo de violín y el cuchillo a modo de arco he empezado a componer una melodía olvidada hace mucho.
El pan no es el mismo ( mi abuela compraba un cuarto de pan hueco que le llamábamos barra) y lo rebanaba para obtener picatostes iguales.
Cuarto de pan. Era una medida que existía antes de que entraran las baguets baratas entraran en nuestras vidas o que nos partieran una chapata de medio kilo por la mitad. Muchas veces compradas en la gasolinera más cercana pagando el hecho de que estén calientes.
Y mientras me acordaba de la barra que hacían en el horno de mi pueblo he bailado por la cocina recordando que era domingo y que quedaba un día para que fuese día de escuela.