Hay platos que parecen que no encajan en la estación en la que se consume. Como unas pochas frescas en Agosto mientras te caen las gotas de sudor, mezcla de calor veraniego y el picor de las guindillas que le acompañan.
Otro plato típico del verano es el rancho o la caldereta, más propia del invierno al calor de la lumbre que en verano en pantalón corto. En este caso, debido a lo tradicional del plato, se incluye a modo de concurso en las fiestas de los pueblos que se celebran, por lo general, en verano.
Aún así, es formidable juntarse en cuadrillas para ver quién tiene mejor mano para interpretar estos guisos que en otra época eran típicos de subsistencia, de pastores que con cuatro patatas y algo de carne pasaban los duros días en el campo y que hoy en día siguen manteniendo ese sabor a antaño aunque hayan crecido las raciones.
Como todavía queda alguna fiesta, bien podríamos apuntarnos a algún concurso de ranchos. Merece la pena el buen ambiente y el compañerismo entre los participantes.
Necesitamos:
Patatas: una ambuesta por persona. La ambuesta es una medida que consiste en la cantidad que cabe en las manos en forma de cuenco.
Cordero ( pierna o brazuelo): 150 g por persona
Pimiento rojo
Pimiento verde
Cebolla
Ajo
Puerro
Tomate frito o triturado. De la abuela. No le eches Orlando, por dios.
Hojas secas de laurel
Pimentón
Vino blanco
Agua
Aceite
Perola
Cuchara de palo
Primero se sofríe en aceite la carne dejándola dorada y se reserva.
Se añade al aceite con la grasa del cordero las verduras picadas dejando el ajo para lo último y se pochan. Se reincorpora la carne se le baña con vino blanco. Sin temblar. Se añaden las patatas peladas, limpias y cascadas ( hará que suelte el almidón que hace que ligue el guiso). Se le añade el tomate y el pimentón al gusto y se le cubre de agua ( no demasiada o dirán que ha salido rancha) añadiendo sal. Luego se rectificará. Se le colocan las hojas de laurel y se lleva a ebullición durante 20 minutos. Luego se baja el fuego para que no se pegue y esperamos mientras se cocina a fuego medio hasta que la patata esté tierna.
Foto: Ignacio Diez del Corral
Truco: aplasta con el tenedor un par de patatas a mitad de la cocción para que ligue la salsa.
Los curiosos pasearán alrededor de la perola probando el punto de sal. Escucha a todos y pruébalo tú qué eres el que va a comer.
Disfruten de las fiestas, que el otoño está a la vuelta de la esquina.